Llegó el verano y todos queremos que nuestro sistema de aire acondicionado funcione perfectamente y, lo más importante, que no nos "deje" imprevistamente sin frío en nuestras vacaciones. Para ello lo ideal es hacer revisar el A/AC en algún taller especializado antes de emprender un largo viaje. No obstante, y si queremos ahorrar dinero o directamente no gastarlo, he aquí los simples pasos que podemos seguir para verificar la instalación.

El compresor:
Es el "corazón" del sistema. Es accionado desde el motor a través de una correa. Si bien es difícil que este componente falle, es frecuente que haya problemas en su impulsión a causa de la correa. Por cuanto, es aconsejable verificar visualmente la correa para tratar de encontrar grietas o desprendimientos de material y comprobar que se encuentre bien ajustada (no demasiado), para una perfecta transmisión del movimiento al compresor. Ante cualquier duda, cambiarla antes de viajar. Este trabajo en un taller, cuesta unos pocos pesos y nos puede ahorrar muchos disgustos. Si nos animamos a cambiar la correa, el costo se limita al costo de la misma, que es de unos 10 pesos.

Carga:
Es otro punto vital: el equipo debe estar lo suficientemente cargado con el fluido refrigerante. Si falta el equipo tirará menos, lo que se traduce en aire acondicionado más caliente. En el caso extremo de falta de carga, el aire sale casi a temperatura ambiente. Al llegar a ese punto resulta inútil mantener encendido el aire. La recarga de fluido en un taller especializado cuesta unos 130 pesos para un Renault Clio, por ejemplo. Este precio puede ser mucho mayor en un auto importado de alta gama.

El fluido apropiado:
Hay que asegurarse que en el taller se recargue el equipo con el fluido apropiado (que en los nuevos automóviles se designa como "R134a"), con cualidades ecológicas, y que no es compatible con el "R12" de equipos de generaciones anteriores. Tampoco los modelos con "R12" aceptan el "R134a". Cualquier error en este sentido tiene consecuencias nefastas para la instalación, lo mismo que la mezcla de ambos fluidos.

Detención imprevista:
Suele suceder que el aire acondicionado deja de operar de manera imprevista porque se ha quemado un fusible específico de la instalación, que protege el compresor o el ventilador. El problema se soluciona, obviamente, colocando un nuevo fusible, el cual se identifica con la ayuda del manual en la caja de fusibles. Pero si se quema nuevamente hay que recurrir al taller, porque evidentemente existe un cortocircuito en la instalación.

Utilización:
Lo primero que podemos aconsejar es apagar el equipo de aire algunos minutos antes de salir del vehículo para lograr un relativo equilibrio de temperaturas con el exterior, evitando así posibles problemas con nuestra salud. El organismo humano no está preparado para soportar, sin sufrir secuelas, violentos cambios de temperatura, por ejemplo, pasar repentinamente de 20ºC del habitáculo a 35 ºC del exterior.

Desempañador:
Si bien es verdad que la finalidad del A/AC es ajustar la temperatura del habítaculo para contrarrestar los efectos del calor en época estival, también es de gran utilidad durante todo el año, no sólo para mejorar el clima interior, sino para desempañar los vidrios: aún en invierno, un “golpecito” de aire acondicionado limpia rápidamente la superficie del parabrisas y de los vidrios laterales.

Condensador:
Controlar que no esté tapado con suciedad o insectos. El condensador es una especie de radiador que va montado delante del radiador. Si está sucio, es necesario limpiarlo, aunque se recomienda no lavarlo con el motor caliente. La tarea con el motor frío se realiza proyectando agua hacia el núcleo con una manguera desde el interior del motor.

Escapes:
El gas que pudiera salir del sistema, por ejemplo a causa de una pérdida, puede ocasionar ceguera y otros daños graves personales. Nunca manipular las mangueras, las conexiones y los componentes del aire acondicionado.

Condensación:
Cuando el compresor de A/AC está acoplado se deshumedece el aire que ingresa al sistema. Entonces, se forma agua producto de la condensación que drena al exterior a través de aberturas en el chasis. Cuando se estaciona el vehículo pueden aparecer pequeños charcos de agua debajo de esas aberturas, Esto es completamente normal y no es preciso acudir a un taller.

Caudal bajo:
Si la refrigeración es insuficiente controlar que los mandos de temperatura y distribución del aire estén correctamente posicionados.